Normas sobre las ciencias terrenales y las fabricaciones militares
Pregunta: 10489
¿Cuáles son las normas sobre aprender las ciencias terrenales y la fabricación de tecnologías militares? ¿Es esto obligatorio para los musulmanes? ¿Será recompensado el musulmán que las aprende?
Alabado sea Dios, y paz y bendiciones sobre el Mensajero de Dios y su familia.
El aprendizaje de las
ciencias terrenales que son beneficiosas para el ser humano y necesarias
para el desarrollo de su civilización, es obligatorio para los musulmanes en
tanto y en cuanto la comunidad esté necesitada de ello, como una obligación
colectiva, no individual. El gobernante debe encomendar a la comunidad en
general su investigación, estudio y desarrollo, ayudando a los especialistas
en cada campo, para lograr la capacitación de los musulmanes en estas áreas,
y el desarrollo de las tecnologías necesarias para suplir sus necesidades y
defenderse de ataques externos.
Los musulmanes serán
recompensados por aprender estas ciencias y tecnologías de acuerdo a sus
intenciones. Su aprendizaje contará como acto de culto si sus intenciones
fueron sinceras y correctas. Si no fueron aprendidas con esta intención, su
aprendizaje contará apenas como algo permisible, siempre y cuando impliquen
cosas permisibles también, como la extracción y manejo de recursos
naturales, fabricaciones, tecnología agrícola, etc. Todas estas son cosas
permisibles y necesarias, pero si son realizadas con la intención apropiada
de beneficiar a toda la comunidad y a la humanidad en general, pueden
contar también como actos de culto.
En algunos casos el
aprendizaje y desarrollo de estas ciencias pueden constituir un deber
individual, pero en general se trata de una obligación colectiva para toda
la comunidad, y en la medida en que algunos musulmanes la cumplan, el resto
de los musulmanes queda eximido de responsabilidad.
El gobernante debe
encomendar su desarrollo a quienes estén cualificados para ello. Esto varía
de acuerdo a la necesidad y la intención.
Origen:
De Al-‘Ilm wa Ajlaq Áhlihi, pág. 15, por el Shéij ‘Abd el-‘Azíz ibn Baaz