Pidiendo ayuda y aceptándola del Estado y la Iglesia

Alabado sea Allah

No hay nada de malo en
aceptar ayuda del Estado nacional o de organizaciones basadas en donaciones,
aún si son iglesias, en tanto esto no comprometa ningún asunto de la
religión o implique aprobar algo malo, o que los niños se vean
influenciados, etc. Pero es preferible abstenerse de ello porque dar es
mejor que recibir, y porque es sabido que las iglesias suelen tener motivos
ulteriores para hacer caridad con los musulmanes. 

Al-Bujari (1428) compiló
un reporte de Hákim ibn Hisham (que Allah esté complacido con él) en que el
Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo:
“La mano alta (la que da) es mejor que la mano baja (la que recibe).
Comiencen con aquellos por quienes son responsables. La mejor de las
caridades es la que pueden afrontar, y aquello de lo que se abstengan de
dar, Dios le ayudará; y quien intente subsistir sin pedir, Dios lo hará
independiente de medios”. 

Al-Bujari (1429) y Muslim
(1033) compilaron un reporte de Ibn ‘Umar (que Allah esté complacido con él)
en que dijo: “Oí al Mensajero de Dios (que la paz y las bendiciones de Allah
sean con él) decir, cuando estaba en el púlpito hablando acerca de la
caridad y de abstenerse de la mendicidad: “La mano alta es mejor que la mano
baja, y la mano alta es quien da, y la mano baja es quien recibe”. 

Recurrir a la caridad de
la gente es algo vergonzante, aún si uno está pidiendo a un musulmán, a
menos que quien pide se vea forzado a ello, porque el Profeta Muhámmad (que
la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Pedir ayuda hace que
el rostro pierda la compostura, excepto cuando alguien pide a quien está en
una posición de autoridad o pide algo que realmente necesita y no puede
conseguir de otro modo”. Clasificado como auténtico por at-Tirmidi y por
Al-Albani en Sahih at-Tirmidhi. 

También compiló Abu Dawud
(1639) un reporte que dice: “Rogar es como arañarse el rostro. Por lo tanto,
quien quiera salvar su rostro de ello, que lo haga, y quien no quiera
hacerlo que no lo haga, excepto si una persona pide a alguien de autoridad o
está en una situación en la que no tiene alternativa”. 

Dice en Subul as-Salam
(1/548): “’Arañarse’ hace referencia a heridas o marcas (en el rostro).
Sobre pedir a quien está en una posición de autoridad, no hay culpa ni
vergüenza en ello, porque la persona está pidiendo aquello que tiene derecho
del tesoro público, y esto no es un favor de parte de la persona de
autoridad, porque actúa como fideicomisario, por lo tanto la persona le pide
a un tesorero algo que éste posee en custodia”. Fin de la cita. 

Al-Bujari (1475) y Muslim
(1040) compilaron un reporte de ‘Abd Allah ibn ‘Umar (que Allah esté
complacido con él) en que dijo: “El Mensajero de Dios (que la paz y las
bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Un hombre continuará mendigando a
la gente hasta que en el Día de la Resurrección no tenga ni un resto de
carne en su rostro”. 

Y Muslim (1041) compiló
una narración de Abu Hurairah (que Allah esté complacido con él), quien
dijo: “Quien ruega a la gente para acumular riquezas es como quien pide una
brasa encendida, por lo tanto, déjenlo que pida poco o mucho”. 

Lo que significan las
palabras “quien pide para acumular riquezas” es quien pide a la gente para
acumular más riquezas de las que realmente necesita. 

En estos reportes hay un
disuasivo elocuente que claramente apunta a que la gente se abstenga de
rogar y mendigar tanto como pueda, excepto cuando ya no pueda hacerlo porque
se vea forzado a ello y no pueda encontrar otra alternativa. 

Basándonos en esto, en
tanto tu necesidad no sea urgente, debes abstenerte de pedir, pero si
realmente lo necesitas, no hay nada de malo en que pidas y lo aceptes cuando
te lo ofrecen. 

Le pedimos a Dios que te
haga independiente de medios. 

Y Allah sabe más.