Yo quisiera saber si la recompensa de Dios por el ayuno es la misma en todos los casos, o es proporcional al grado de dificultad que la persona enfrenta al ayunar. Porque hay gente que ayuna en tierras frías sin sentir sed, mientras que otros ayunan en regiones calientes. Esto, independientemente de las buenas obras con que cada uno acompañe el ayuno, yo pregunto sobre el ayuno solamente.
La recompensa por el ayuno, ¿es proporcional a las dificultades que nos causa?
pregunta: 78247
Alabado sea Dios, y paz y bendiciones sobre el Mensajero de Dios y su familia.
Si la dificultad es inherente al acto de culto, y el acto de culto no puede realizarse sin esta dificultad, entonces cuanto más grande la dificultad más grande es la recompensa. Y por eso el Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) le dijo a ‘Aa'ishah (que Allah esté complacido con ella): “Tendrás una recompensa equivalente a tus dificultades y gastos”. Narrado por Al-Hákim, clasificado como auténtico por al-Albani en Sahih at-Targhíb wa at-Tarhíb, 1116; un reporte similar también aparece en As-Sahihain (Al-Bujari y Muslim).
El imam An-Nawawi dijo en Shárh Muslim:
“Las palabras del Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) “equivalente a tus dificultades y gastos” parecen indicar que la recompensa se incrementará proporcionalmente a las dificultades y gastos que la persona experimente. A lo que se refiere con dificultades es a los esfuerzos razonables para realizar el acto de culto, y lo mismo se aplica a los gastos”. Fin de la cita.
Este principio, el de que la recompensa es proporcional a las dificultades, no se aplica en todos los casos. Porque hay actos que son fáciles, y que encierran una gran recompensa.
Az-Zarkashi dijo en Al-Manzur fi al-Qawá'id, 2/415-419:
“Una buena obra realizada regularmente y que implica más dificultades puede ser mejor que una más fácil. En el reporte de ‘Aa'ishah (que Allah esté complacido con ella) se dice: “Tendrás una recompensa equivalente a tus dificultades y gastos”. Pero una obra pequeña y fácil puede traer una recompensa mayor en muchos casos, por ejemplo:
– Acortar la oración es mejor que hacerla completa, para un viajero.
– Rezar una vez en congregación es mejor que rezar solo veinte veces.
– Abreviar las dos rak’as de la oración del alba es mejor que alargarlas.
– Ofrecer la carne de un animal sacrificado en caridad a los pobres luego de haber comido un poco de ella, es mejor que ofrecerla entera.
– Recitar algunos capítulos breves del Sagrado Corán durante la oración es mejor que recitar otros que son más largos, porque el Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) usualmente hacía esto”.
Fin de la cita.
Origen:
Islam Q&A