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No le permiten portar el velo, ¿cómo puede salir a trabajar y cumplir con sus necesidades?

Pregunta: 93145

Mi pregunta es acerca del velo. A las mujeres aquí se nos prohíbe llevar el velo y se nos maltrata si lo usamos; tampoco se nos permite ingresar con él a nuestros lugares de trabajo u otros lugares como estaciones de policía, por lo tanto no tenemos opción sino quitárnoslo. ¿Cuáles es la solución, especialmente cuando tenemos que hacer trámites y cumplir nuestras necesidades en el trabajo?

Alabado sea Dios, y paz y bendiciones sobre el Mensajero de Dios y su familia.

Para la mujer musulmana, usar el
velo islámico frente a hombres ajenos a su familia es una obligación
indicada en el Corán y la Tradición Profética, y no hay diferencias de
opinión entre los eruditos sobre ello. Y no es aceptable que nadie ordene a
los musulmanes otra cosa o les impida seguir esta orden, pues si lo hace
está yendo contra las leyes de Dios. Dios dijo (traducción del significado):

“Un verdadero creyente o a una
verdadera creyente no deben, cuando Allah y Su Mensajero hayan dictaminado
un asunto, actuar en forma contraria; y sabed que quien desobedezca a Allah
y a Su Mensajero se habrá desviado evidentemente” (Al-Ahzáb 33:36). 

“Quien se aparte del Mensajero
después de habérsele evidenciado la guía, y siga otro camino distinto al de
los creyentes, le abandonaremos y lo ingresaremos al Infierno. ¡Qué mal
destino!” (An-Nisá’, 4:115). 

“Pero no, [juro] por tu Señor
que no creerán a menos que te acepten
como juez de sus disputas; y no se resistan a
aceptar tu decisión y se sometan completamente”
(An-Nisá’ 4:65). 

En segundo lugar, la mujer
musulmana no debe descuidar esta obligación saliendo de su casa sin el velo,
y éste debe cubrir todo el cuerpo. A menos que ella sea forzada hacerlo,
entonces estaríamos ante un caso de necesidad en que algo que no es
permisible se vuelve permisible, como por ejemplo si te convocan a la estación de policía, y no
puedes evitar concurrir porque eso derivará en una coacción contra tu
dignidad, tu derecho o tu propiedad.

Con respecto al trabajo, si la
mujer es correctamente mantenida por su marido o por su familia y tiene lo
suficiente para sus necesidades, no es permisible que salga a trabajar si
eso la expondrá a que la obliguen a quitarse el velo u otras humillaciones. 

Los musulmanes debemos cooperar en
este asunto y proteger a nuestras mujeres, asegurándonos que tengan los
medios para ser independientes y no pasar necesidades, para que no se vean
forzadas a buscarse el sustento en la calle cometiendo algún pecado. Eso
puede  lograrse convocando a los padres y parientes a que sean generosos con
ellas y les provean trabajo que puedan hacer en sus hogares, para que no
tengan que salir y exponerse al acoso y las rudezas de la calle, como ser obligadas a quitarse el velo.

Esto depende de que los hombres
sean protectores con ellas y de su convicción en la obligatoriedad del velo,
porque a muchos hombres musulmanes no les interesan algunas prescripciones
del Islam, y están ansiosos de que sus hijas y esposas salgan a trabajar y
traigan dinero a la casa aún si eso significa que queden expuestas a
maltratos como ser forzadas a quitarse el velo. Esta ignorancia y fracaso en
el cumplimiento de las normas de su religión por parte de los hombres es una
de las causas principales de este problema, y una de las razones por las
cuales el asunto a veces no puede resolverse. Por eso debemos esforzarnos en
difundir el conocimiento de nuestra religión entre los musulmanes y
recordarles lo que Dios nos encomendó, para que los hombres sean más
generosos y protectores con sus familias y personas a su cargo, y se den
cuenta que algún día verán las consecuencias y serán juzgados: ¿Protegieron
a sus familias, o no? 

El Profeta Muhámmad (que la paz y
las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “No hay persona a la cual Dios
haya confiado el cuidado de alguien y que no cuide de ellos sinceramente,
sin que Dios le prive aún de oler la fragancia del Paraíso”. Narrado por
al-Bujari (7150) y Muslim (142). 

De hecho, los musulmanes estamos
individualmente obligados a combatir estos males y adoptar todas las medidas
legales necesarias para lograrlo, conformando organizaciones y asociaciones
que alivien las dificultades de las mujeres, defendiendo sus derechos y
reclamando que se les permita usar el velo, invocando la libertad de culto.
No deben desesperar ni abandonar sus deberes. Cuántas veces un grupo de
personas ha restaurado sus derechos mediante la paciencia y el esfuerzo. 

En tercer lugar, si una mujer está
en un aprieto y no puede encontrar ninguna otra alternativa que salir a
trabajar para buscar su sustento, y es forzada a quitarse el velo al
hacerlo, lo que debería hacer es emigrar a un país donde sea capaz de
practicar su religión abiertamente y sea libre de obedecer a Dios. Esto es
una deber para ella. 

Ibn al-‘Arabi dijo en Ahkám
al-Qur’án, 1/612: 

“La emigración de las tierras de
los incrédulos hacia las tierras del Islam es una obligación para el
musulmán”. El Imam Málik (que Allah tenga misericordia de él) dijo: “No es
permisible para el musulmán establecerse en una tierra donde los musulmanes
son ultrajados”. 

Tampoco es permisible para el
musulmán establecerse en un país donde las cosas prohibidas por el Islam
están ampliamente difundidas y prevalecen, porque buscar lo que Dios le ha
hecho lícito es una obligación. 

Pero lamentablemente no todos los
musulmanes pueden emigrar, por ende eso no puede considerarse como una
solución para todos los musulmanes, especialmente las mujeres. 

Si una mujer necesita salir a
trabajar o hacer trámites y sólo debe descubrirse el rostro, entonces
tenemos la esperanza de que no haya nada malo en ello. 

Pero debemos esforzarnos en
resolver estos problemas completamente, como afirmamos arriba, aconsejando a aquellos que están en una
posición de responsabilidad y pidiéndoles que respeten los derechos
individuales y religiosos de la gente. Los predicadores y eruditos deben
explicar a la gente que el velo islámico es una obligación para los
musulmanes, algo que Dios encomendó a las mujeres en el Sagrado Corán.

Es muy extraño que veamos esta
guerra tan intensa contra el velo, que es un símbolo de castidad y pureza,
cuando al mismo tiempo vemos que están las puertas abiertas para las mujeres
promiscuas e inmorales. 

Se paciente, Oh, mujer creyente,
porque la recompensa de Dios es preciosa y vendrá un día en el cual la
religión de Dios prevalecerá sobre todo lo demás. 

“Él es Quien envió a Su
Mensajero con la guía y la religión verdadera para hacerla prevalecer sobre
todas las religiones, aunque esto disguste a los idólatras” (At-Táwbah,
9:33). 

“Y Dios tiene completo control
sobre Sus asuntos, pero muchas personas no lo saben”  

Le pedimos a Dios que guíe a esta
comunidad para aquellos que buscan obedecerle sean honrados, y quienes
buscan desobedecerle sean humillados, y para que ayude a todas las mujeres
musulmanas a aferrarse a su velo y abandonar el exhibicionismo.

Y Allah sabe más.

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