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1371211/03/2008

El estatus de juzgar según lo que Dios ha revelado en el Islam

Pregunta: 111866

¿Cuál es el estatus o importancia de juzgar por lo que Dios ha revelado en el Islam? Si una persona juzga por otras leyes que no son las que Dios ha revelado en el Islam, ¿es un incrédulo?

Alabado sea Dios, y paz y bendiciones sobre el Mensajero de Dios y su familia.

Juzgar según lo que Dios ha revelado es parte de la Unidad
Absoluta de Dios en Su señorío sobre el universo (tawhíd ar-rububíyah),
porque implementar las leyes de Dios implica aceptar Su señorío y autoridad
(rububíyah) y Su perfecta soberanía y control sobre el universo. Por eso
Dios llama a aquellos que lideran y conducen a los demás en una forma
contraria a lo que Él ha revelado, “arbab” (‘señores’) de su seguidores.
Dios dijo (traducción del significado): 

“Tomaron a sus rabinos y a sus
monjes por legisladores en lugar de Allah [y llegaron a idolatrarlos], y al
Mesías hijo de María [los cristianos le adoraron también]. Y sólo se les
había ordenado [en

la Torá y el Evangelio] adorar a Allah, la única divinidad.
No existe nada ni nadie con derecho a ser adorado salvo Él. ¡Glorificado
sea! ¡Cómo pueden atribuirle copartícipes!”
At-Tawbah 9:31). 

Dios llama a estos líderes “señores” porque son designados
como legisladores a la par de Dios, y Él llama a sus seguidores “sus
servidores” o “sus esclavos” porque se someten a ellos y les obedecen, yendo
contra las leyes que Dios ha revelado, glorificado y exaltado sea. 

‘Adíy ibn Hátim dijo al Mensajero de Dios (que la paz y las
bendiciones de Allah sean con él): “Pero ellos no los adoran”. El Profeta
Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) le respondió:
“Sí, ellos les prohíben lo que es permisible y les permiten lo que está
prohibido: esta es la forma en que los adoran”. 

Una vez que comprendemos esto, debes darte cuenta que acerca
de quien no juzga según lo que Dios ha revelado y quiere remitirse a las
leyes de otro en lugar de Dios y Su Mensajero, hay versos que afirman que
estas personas no tienen fe, donde se los califica con las palabras
‘incrédulos’ (kuffar), injustos o malhechores (zaalimún), y rebeldes a Dios
(fasiqún). 

Sobre la primera categoría, la de quienes no tienen fe, Dios
dijo (traducción del significado): 

“¿Acaso
no reparas en quienes dicen creer en lo que se te ha revelado y en lo que ha
sido revelado antes de ti? Quieren recurrir al arbitraje del Seductor, a
pesar de que se les ha ordenado no creer en él. Satanás quiere extraviarles
profundamente. Cuando se les dice: Venid a lo que Allah ha revelado y al
Mensajero, ves que los hipócritas se apartan de ti con desdén. ¿Qué será de
ellos cuando les aflija una desgracia por lo que han cometido y vengan a ti
jurando por Allah: Sólo pretendíamos hacer el bien y llegar a un acuerdo? 
Allah conoce bien lo que encierran sus corazones. Apártate de ellos,
amonéstales y exhórtalos con palabras que los conmuevan. No hemos enviado a
ningún Mensajero sino para que sea obedecido con el permiso de Allah. Si
después de haber sido injustos hubieran recurrido a ti y pedido perdón a
Allah, y también el Mensajero hubiera pedido perdón por ellos, habrían
encontrado que Allah es Indulgente, Misericordioso. Pero no, [juro] por tu
Señor que no creerán a menos que te acepten como juez de sus disputas; y no
se resistan a aceptar tu decisión y se sometan completamente”
(an-Nisá’ 4:60-65). 

Dios atribuye a estas personas que dicen tener fe cuando en
realidad se comportan como hipócritas, algunas de las siguientes
características: 

1 – Quieren remitirse a ídolos (tagut) para juzgar, en todo
lo que va contra las normas de Dios y Su Mensajero (que la paz y las
bendiciones de Allah sean con él), porque ir contra eso es una transgresión
contra las leyes del Único a Quien pertenece el juicio, pues todas las cosas
volverán a Él, es decir, a Dios. Dios dijo (traducción del significado): 

“Ciertamente
vuestro Señor es Allah, Quien creó los cielos y la Tierra en seis días,
luego se estableció sobre el Trono. Hace que la noche y el día se sucedan
ininterrumpidamente. Y creó el sol, la luna y las estrellas sometiéndolos a
Su voluntad. ¿Acaso no Le pertenece la creación y Él es Quien dictamina las
órdenes según Le place?

¡Bendito sea Allah, Señor del Universo!”

(al-‘Aráf 7:54). 

2 – Si se los convoca a lo que Dios y Su Mensajero han
revelado, se rehúsan y dan la espalda. 

3 – Si les sucede una calamidad como consecuencia de sus
actos, tal como quedar expuestos como malhechores, llegan jurando que sólo
querían el bien y la reconciliación, como en el caso de quienes rechazan las
normas del Islam y gobiernan de acuerdo a leyes que las contradicen,
diciendo que esto es por el bien y que es más apropiado para las
circunstancias modernas. 

Entonces Dios les advierte a estas personas que dicen ser
creyentes pero que tienen estas cualidades, que Él sabe lo que hay en sus
corazones y lo que ellos ocultan, que es diferente de lo que ellos dicen. Y
Él le ordenó a Su Profeta advertirles y hablar con ellos de forma concisa.
Luego explicó la sabiduría detrás de enviar al Mensajero para que sea el
único a quien ellos debían obedecer y seguir, y nadie más, no importa cuán
fuertes sean sus ideas y cuán vasta su sabiduría. Entonces Dios juró por Su
señorío y autoridad sobre Su Mensajero, que es una forma especial de
autoridad y que señala la verdad de Su Mensaje, confirmando que la fe no
puede ser válida excepto con tres condiciones: 

1 – Que cada vez que se remitan para un juicio en todas las
disputas sea ante el Mensajero de Dios (que la paz y las bendiciones de
Allah sean con él). 

2 – Deben abrir sus corazones a su juicio y no debe hacer
objeción ni resistencia en sus corazones. 

3 – Deben aceptar su juicio con completa sumisión y
aceptación de sus normas, y deben implementarlas sin vacilación ni
desviación. 

Sobre la segunda categoría, donde se menciona a quienes
juzgan según otra ley diferente que la de Dios como inicuos (daalimún), Dios
dijo (traducción del significado): 

“Quienes
no juzgan conforme a lo que Allah ha revelado, ésos son los incrédulos…
Quienes no juzgan conforme a lo que Allah ha revelado, ésos son los inicuos”
(al-Má’idah 5:44-45). 

¿Pueden estas tres características (la incredulidad, la
injusticia y el pecado) aplicarse a una sola persona, es decir, a quien no
juzga según lo que Dios ha revelado? Porque Dios ha descripto a los
incrédulos como malhechores, cuando Él dijo (traducción del significado): 

“Y
los incrédulos son los inicuos”
(al-Báqarah 2:254). 

Y también (traducción del significado): 

“…
no creyeron en Allah y Su Mensajero, y murieron en el desvío”
(at-Tawbah 9:84). 

Entonces, ¿todos incrédulos son malhechores, o estas
características se aplican a aquellos descriptos en la medida que no juzgan
según lo que Dios ha revelado? Lo último es más probable, en mi punto de
vista. Y Allah sabe más. 

Nosotros decimos que quien no juzga por lo que Dios ha
revelado porque lo considera insignificante o lo desprecia, o cree que hay
algo mejor y más beneficioso para la gente, es un incrédulo en el sentido en
que está fuera de las filas del Islam. Entre estos están quienes promulgan
leyes que van contra la ley islámica para que estas leyes regulen la forma
de vida de la gente. Ellos promulgan estas leyes que van contra la ley
islámica porque creen que eso es lo mejor para la gente, porque es bien
conocido en base al sentido común (¿?), que la gente no se alejará de una
vía para adoptar otra distinta a menos que crean que la nueva vía es mejor
que la que está abandonando. 

Si una persona no juzga según lo que Dios ha revelado, pero
no la considera como insignificante ni la desprecia, ni cree que otra ley
pueda ser mejor y más beneficiosa para la gente, sino que juzga según otra
ley como forma de explotación o abuso de sus subalternos y los más débiles
que están bajo su gobierno, o como una forma de venganza, entonces es un
malhechor, pero no es un incrédulo, y el nivel de su maldad varía de acuerdo
a la alternativa según la cual gobierne y juzgue, y los medios que utilice. 

El Shéij al-Islam Ibn Taimíyah (que Allah tenga misericordia
de él) dijo acerca de quienes toman a sus líderes religiosos como señores en
lugar de Dios, que son de dos tipos: 

1 – Aquellos que saben que sus líderes adulteran la religión
de Dios y los siguen en sus cambios e innovaciones, y creen en la
permisibilidad de lo que Dios ha prohibido y en la prohibición de lo que
Dios ha permitido, aún cuando ellos saben que lo que han hecho va contra la
religión de Dios y Sus mensajeros. Esto es una grave forma de incredulidad,
y Dios y Su Mensajero lo consideraron como asociar a otros con Dios o
paganismo (shirk). 

2 – Aquellos que creen en la permisibilidad de lo que Dios ha
prohibido y en la prohibición de lo que Dios ha permitido, pero les obedecen
y desobedecen a Dios, como los musulmanes hacen cuando cometen pecados a
sabiendas. Estos caen bajo las mismas normas que otros pecadores”. Fin de la
cita.

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