¿Conoce el Shaitán (diablo) lo que pasa por nuestras mentes, incluyendo aquellas ideas que solo Al-lah conoce, de manera que pueda susurrarnos en función de nuestros pensamientos?
La evidencia auténtica indica que el Shaitán está cerca del ser humano, y que fluye a través de él como la sangre, y le susurra en momentos de distracción y lo abandona cuando recuerda Al-lah. A través de esta cercanía constante, conoce los caprichos y deseos que se le ocurren, entonces, los embellece para que le parezcan atractivos y le susurra al respecto.
Al Bujari y Muslim narraron de Safiah Bint Huiai (que Al-lah esté complacido con ella) que el Profeta (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) dijo: “El Shaitán fluye a través de los hijos de Adán como la sangre”.
El Sheij Al Islam Ibn Taimiah (que Al-lah lo tenga en Su misericordia) dijo: “Huelen un buen aroma o uno malo [refiriéndose a los ángeles, que huelen un buen aroma cuando una persona está pensando en realizar una buena acción, como fue narrado de Sufian Ibn 'Uiainah]. Pero los demonios no necesitan ese [aroma] para saberlo, sino que incluso saben lo que hay en el corazón del hijo de Adán, y ven y oyen lo que se dice a sí mismo. Además, el demonio tiene pleno control sobre el corazón del hombre; entonces, cuando este recuerda a Al-lah se retira, y cuando descuida recordarlo, le susurra. Sabe si está recordando a Al-lah o está descuidando recordarlo, y conoce los caprichos y deseos de su corazón y los embellece para que le parezcan atractivos.
Está probado en el hadiz sahih mencionado por Safiah (que Al-lah esté complacido con ella) que el Profeta (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) dijo: ‘El Shaitán fluye a través de los hijos de Adán como la sangre’.
La cercanía de los ángeles y del Shaitán al corazón del hijo de Adán, sea este creyente o incrédulo, está confirmada en muchas narraciones” (Maymu' Al Fatawa).
El Shaitán sabe lo que una persona piensa para sí misma, y conoce sus inclinaciones, sus caprichos y deseos, tanto buenos como malos, susurrándole en consecuencia.
Al Sheij Ibn Baz (que Al-lah lo tenga en Su misericordia) le preguntaron —en una extensa pregunta—: Si tengo la intención en mi corazón de hacer algo bueno, ¿el Shaitán lo sabe y trata de desviarme de ello?
Respondió: “Cada persona tiene un demonio y un ángel que lo acompañan, como dijo el Profeta (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él): ‘No hay nadie que no tenga un acompañante de entre los genios y un acompañante de entre los ángeles’. Dijeron: ‘¿Incluso tú, Mensajero de Al-lah?’. Dijo: ‘Incluso yo, pero Al-lah me ayudó con él y se hizo musulmán (o dijo: estoy a salvo de él), y solamente me ordena hacer lo que es bueno’. Y él (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) nos dijo que el Shaitán induce y llama a la persona a hacer el mal, y tiene cierto control sobre su corazón. Y puede ver, por voluntad de Al-lah, lo que una persona quiere e intenta hacer tanto de buenas como de malas acciones. El ángel también tiene cierto control sobre su corazón, pero lo induce y lo llama al bien. Este control es algo que Al-lah les ha permitido tener, es decir, Él les ha dado cierto poder a los compañeros de entre los yinn (genios) y de entre los ángeles; incluso el Profeta (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) tenía un shaitán de entre los yinn (genios) que lo acompañaba como se menciona en el hadiz citado anteriormente.
El punto aquí es que cada persona tiene un compañero de entre los ángeles y un compañero de entre los demonios. El creyente anula a su shaitán obedeciendo a Al-lah y adhiriéndose a Su religión, y humilla a su shaitán hasta que se debilita y es incapaz de impedir que el creyente haga el bien o hacerle caer en el mal, excepto lo que Al-lah quiere. Pero el pecador, a través de sus pecados y malas acciones ayuda a su shaitán hasta que se vuelve lo suficientemente fuerte como para ayudarle a seguir la falsedad y lo anima a hacerlo y se vuelve lo suficientemente fuerte para impedirle hacer el bien.
El creyente debe temer a Al-lah y esforzarse por resistir a su shaitán obedeciendo a Al-lah y a Su Mensajero (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él), y buscando refugio en Al-lah del shaitán. Y debe estar dispuesto a aceptar el apoyo de su ángel para obedecer a Al-lah y a Su Mensajero (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) y seguir las órdenes de Al-lah” (Fatawa Ash-Sheij Ibn Baz).
Y Al-lah sabe más.
