Alabado sea Dios, y paz y bendiciones sobre el Mensajero de Dios y su familia.
En primer lugar, las obligaciones financieras del hombre divorciado hacia su esposa están afirmadas en la ley islámica. Este asunto fue discutido en la respuesta a la pregunta No 221900, donde explicamos que si se trata de un divorcio revocable, entonces el marido está obligado a gastar en la manutención de su esposa durante el período post divorcio que dura tres menstruos, y no está obligado a pagar la manutención por un año entero.
En segundo lugar, lo que el musulmán está obligado a hacer es remitirse a las cortes islámicas para que juzguen según el Corán y la Tradición Profética acerca de todos sus asuntos, y no es permisible remitirse a cortes no musulmanas buscando un juicio en base a leyes inventadas por el hombre, excepto en casos extremos o de necesidad.
En Fatáwa al-Láynah ad-Dá’imah (vol. 2, 1/371) dice:
“El musulmán debe remitirse al juicio de la ley islámica, obedeciendo las órdenes de Dios, en los versos en los cuales Él dijo (traducción del significado):
“Juzga entre ellos conforme a lo que Allah ha revelado, y no sigas sus pasiones” (Al-Má’idah, 5:49).
“Quienes no juzgan conforme a lo que Allah ha revelado, ésos son los incrédulos” (Al-Má’idah, 5:44).
“Quienes no juzgan conforme a lo que Allah ha revelado, ésos son los inicuos” (Al-Má’idah, 5:45).
“Que la gente del Evangelio juzgue según lo que Allah ha prescrito en él. Y quienes no juzgan conforme a lo que Allah ha revelado, ésos son los descarriados” (Al-Má’idah, 5:47).
“Pero no, [juro] por tu Señor que no creerán a menos que te acepten como juez de sus disputas; y no se resistan a aceptar tu decisión y se sometan completamente” (An-Nisá’, 4:65).
Está prohibido para el musulmán remitirse a cualquier jurisprudencia o derecho consuetudinario, leyes tribales o legislaciones inventadas por el hombre, porque esto cae bajo la denominación de recurrir a los ídolos, lo cual Dios le ha prohibido a los creyentes. Dios dijo (traducción del significado):
“¿Acaso no reparas en quienes dicen creer en lo que se te ha revelado y en lo que ha sido revelado antes de ti? Quieren recurrir al arbitraje del Seductor, a pesar de que se les ha ordenado no creer en él. Satanás quiere extraviarles profundamente” (An-Nisá’, 4:60)”. Fin de la cita.
Si el musulmán se remite a las cortes, sea que juzguen de acuerdo a la ley islámica o no, y el juez dictamina que él debe recibir más de lo que legítimamente le corresponde, no es permisible para el musulmán aceptar eso y quedarse con lo que no le corresponda, por más que lo diga el juez o la ley no musulmana. El Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) quien fue el más justo de los jueces dijo: “yo soy solo un ser humano. Alguien puede remitirme una disputa y quizá uno de ustedes sea más elocuente en explicar su punto de vista que el otro y yo juzgue de acuerdo a lo que veo o a lo que oigo. Si yo juzgo a favor de una persona dándole a él lo que le corresponde a otro por derecho, que no lo tome ni lo acepte, porque estaría aceptando una parcela en el Infierno”. Narrado por al-Bujari y Muslim.
Si tu esposa rehúsa remitirse a una corte islámica, entonces no tendrás otra opción sino remitirte a las leyes hechas por el hombre. En ese caso, todo lo que tu esposa te saque ilegítimamente será una injusticia por parte de ella hacia ti, y si no se arrepiente y devuelve lo que te sacó en este mundo entonces no tendrá más opción que pagarlo en el Más Allá, y el ajuste de cuentas en el Más Allá es mucho más severo. El Mensajero de Dios (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Quien haya tratado con injusticia a su hermano con respecto a su honor, su riqueza o alguna otra cosa, que se apresure a buscar su perdón hoy, hasta que llegue el tiempo en que no habrá dinar ni dirhams que le salve y en el que si tiene alguna obra a su favor le será quitada, y su recompensa dada a la persona de la que abusó, y que si no tiene alguna buena obra a su favor entonces alguno de los pecados de su víctima le serán cargados sobre sus espaldas”. Narrado por al-Bujari, 2449.
Y Allah sabe más.