Un tipo de incredulidad consistente en relativizar la fe y la verdad

Quien relativice públicamente acerca de Dios, de los ángeles, de los mensajeros, de la resurrección, el Paraíso, el Infierno, o cualquiera de las realidades del Más Allá acerca de las cuales haya oído hablar y que fueron reveladas por Dios a Sus mensajeros (que la paz y las bendiciones de Dios sean con ellos), comete un acto de incredulidad.

Dios dijo (traducción del significado):

“Luego ingresó en su viñedo lleno de soberbia e incredulidad y exclamó: No creo que este viñedo perezca jamás; Tampoco creo que jamás llegue la Hora [del Día del Juicio]. Y si llego a ser resucitado seguro tendré un viñedo mejor que éste. El creyente con quien conversaba le preguntó: ¿No crees en Quien ha creado a tu padre [Adán] de polvo, luego a toda su descendencia de una gota de esperma y te ha dado a ti forma de hombre?” (Al-Kahf, 18: 35-37)

Muslim (27) registró de Abu Hurairah que el Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Doy testimonio de que no hay más divinidad que Dios y que yo soy el Mensajero de Dios. Nadie se encontrará con Dios teniendo fe en estas dos cosas, sin ponerlas en duda, sin que ingrese al Paraíso”.

Al-Bujari (86) y Muslim (905) registró que el Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Se me ha revelado que seréis puestos a prueba en las tumbas. Se les dirá: “¿Qué sabes acerca de este hombre?”. El creyente dirá: “Es Muhámmad, el Profeta de Dios. Llegó con siglos claros de la buena guía, le respondimos y lo seguimos”, y lo repetirá tres veces. Entonces se le dirá: “Duerme el sueño de los justos, porque sabíamos que creías y tenías fe en él”. Pero cuando le pregunten esto al hipócrita, este dirá: “No sé, yo escuché lo que la gente decía y solía repetirlo”.

El shéij ‘Abd el-‘Azíz ar-Ráyihi (que Dios lo preserve) dijo:

“El hipócrita es considerado como un incrédulo cuando se burla de la fe y relativiza abiertamente acerca de Dios, de Sus ángeles, de Sus libros, de Sus mensajero, del Paraíso o del Infierno. Se convierte en un incrédulo por obrar sistemáticamente de esta manera”. Fin de la cita.

Sobre esta base entendemos el reporte registrado por Ibn Máyah (4268), de Abu Hurairah, que el Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “El fallecido llega a su tumba, y entonces la persona honrada es sentada en su tumba sin temor ni pánico… Y el malvado es sentado en su tumba, con temor y pánico. Se le dirá: “¿En qué estado estás?”. Responderá: “No lo sé”. Le preguntarán: “¿Quién es este hombre?”. Responderá: “Oí a la gente diciendo algo sobre él y yo lo dije también”. Entonces se abrirá para él una ventana al Paraíso, donde él verá su belleza y todo lo que este contiene. Se le dirá: “Mira todo lo que Dios te había dicho y que ahora aparta de ti”. Entonces se le abrirá una ventana al Infierno para él, y él verá partes de él, donde algunas personas son destruidas. Y se le dirá: “Este es tu lugar. Tú solías burlarte de su existencia, en ese estado moriste y en ese estado serás resucitado, si Dios quiere”. Clasificado como auténtico por al-Albani en Sahih Ibn Máyah.

As-Sindi dijo:

“Este reporte indica que quien tiene convicciones en este mundo usualmente muere como vivió, y lo mismo se aplica a quien no las tiene y se burla de ellas”. Fin de la cita de Haashiyat as-Sindi ‘ala Ibn Máyah, 2/568.

Entonces, quien se burla de los fundamentos de la fe y muere en ese estado de duda es un incrédulo, cuya morada será el Infierno, porque Dios no acepta las burlas de los frívolos e hipócritas.

Y Allah sabe más.