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¡Su esposo la fuerza a contarle todo lo que oye de su familia y otra gente!

Pregunta: 101776

Mi esposo me fuerza a relatarle el diálogo completo que he tenido con mi madre, hermanos o con cualquier otra persona. Justifica esto diciendo que mi madre puede decir algo que puede estropear nuestra relación. Esto causa problemas entre nosotros, si yo me rehúso a contarle. ¿Debo responder sus exigencias?

Alabado sea Dios, y paz y bendiciones sobre el Mensajero de Dios y su familia.

Alabado sea Allah.

 Lo que tu esposo debería
hacer, si lo que dices es cierto, es temer a Dios por esta demanda que le
hace a su esposa, y darse cuenta de que está pecando al hacer esto, y que no
es permisible para ti ceder a estas exigencias suyas.

 Le aconsejamos a este
esposo concentrarse en lo que él mismo hace, en vez de lo que hacen los
demás, prestar atención a sus propias faltas y corregirlas, a sus propios
incumplimientos y esforzarse en perfeccionar su propio ego y sus
inclinaciones al mal. Esto sería mejor para él y más apropiado, que andar
hurgando en lo que hacen y dicen los demás. Ibn al-Qayím (que Allah tenga
misericordia de él) dijo: “El más grande perdedor es el que se distrae de
concentrarse en Dios por concentrarse en sí mismo, y aún peor es quien se
distrae de concentrarse en sí mismo por concentrarse en los demás”.
Al-Fawá’id, p. 58.

 Él no debería pensar mal
de los demás y creer que es perfecto, porque no todo lo que la gente dice le
incumbe ni tiene que ver con él, más bien este sería su deseo, de oír las
historias de la gente y averiguar sobre sus situaciones, y regodearse por
sus falencias.

 Es de esperar que este
esposo no apruebe que su esposa le diga lo que su familia y otra gente le
dice, aún si ellos hablaran sobre él, porque haciéndolo ella se convertiría
en una portadora de chismes, y uno de los sucesores rectos del Profeta dijo:
“El chismoso y el mentiroso puede causar más daño en una hora que un
hechicero en un año”. Entonces, ¡¿qué pensar si éste es alguien que le dice
a su esposa hacer eso, aún más se lo ordena, y la amenaza con castigarla si
no lo hace?!

 An-Nawawi dijo, citando
a Abu Hámid al-Gazali (que Allah tenga misericordia de ambos):

 “Quien viene con
chismes, diciendo que tal y tal dijo esto acerca de ti, o que te hizo esto y
lo otro, debe hacer seis cosas:

 1 – No debe creerle,
porque el chismoso es un malhechor.

 2 – Debe decirle que no
lo haga, aconsejarlo, y condenar su proceder.

 3 – Debe despreciarlo
por la causa de Dios, porque él es odioso a los ojos de Dios, glorificado y
exaltado sea, y uno debe detestar a quien Dios detesta.

 4 – No debe pensar mal
de su hermano ausente.

 5 – No debe permitir que
lo que le digan lo conduzca a espiar a otros no a intentar investigar acerca
de eso.

 6 – No debe aprobar para
sí mismo lo que él le aconsejó al chismoso no hacer, por lo tanto no debe
transmitir el rumor y decir “fulano dijo tal cosa”, en cuyo caso él sería
también un murmurador y un chismoso y estaría haciendo lo mismo que critica
en los demás”. Fin de la cita.

 Al-Adkár 275.

 Lo que este marido
quiere para su esposa es el chismorreo (namímah), que es un pecado mayor.
Indudablemente, reproducir tales rumores trae malas consecuencias, desunión
entre la gente, ruptura de relaciones, resentimientos y enemistad, e
indudablemente tu familia detestaría que todo lo que dicen llegue a oídos de
tu esposo. Él debe comprender que los rumores no son simplemente reproducir
lo que otras personas dicen para causar problemas, sino que esto se hace más
bien para regodearse.

 El Shéij ‘Abd el-‘Azíz
ibn Baaz (que Allah tenga misericordia de él) dijo:

 “Lo que debe evitarse
completamente es el rumor, que significa transmitir palabras de otra
persona, de un grupo a otro, de una tribu a otra, con el propósito
simplemente de causar problemas entre ellos. Esto significa revelar lo que
no debe revelarse, ya sea indeseable para quien lo dijo o para quien es
transmitido, para un tercero, ya sea se lo revele verbalmente, por escrito,
símbolos o por gestos; un relato sobre acciones o discursos, se refiera a
una falta o incumplimiento en otros, o no. Una persona debe mantener
discreción acerca la situación de los demás que de la que es testigo, a
menos que hablar acerca de eso pueda traer algún beneficio a alguien o
evitarle un daño.

 El motivo para difundir
rumores es o mala voluntad hacia la persona acerca de la cual se habla, por
cariño hacia ella, o consentirse innecesariamente la conversación sobre
falsedades. Todo esto está prohibido.

 Hay muchísima evidencia
en el Corán y la Tradición Profética que muestra que la maledicencia y
esparcir chismes es algo prohibido, tal como los versos en que Allah dijo
(traducción del significado):

 “No obedezcas al vil que
jura permanentemente,

 Al difamador que siembra
la discordia” (al-Qálam 68:10-11).

 “Ay del castigo que les
aguarda a quienes se burlan del prójimo con sus palabras y actitudes”
(al-Húmazah 104:1).

 Se narró que Hudhaifah
(que Allah esté complacido con él) dijo: “El Mensajero de Allah (que la paz
y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Ningún chismoso ni murmurador
entrará al Paraíso” (Consensuado por los sabios). Y se narró de Ibn Mas’ud
(que Allah esté complacido con él) que el Profeta (que la paz y las
bendiciones de Allah sean con él) dijo: “¿No les diré acaso qué es la
falsedad? Es el chisme (namímah), contar lo que otra gente dice”. Narrado
por Muslim.

 El chisme es una de las
cosas que causa el castigo de la tumba, por el reporte narrado por Ibn
‘Abbás (que Allah esté complacido con él), de acuerdo al cual el Profeta
(que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) pasó cerca de dos tumbas
y dijo: “Estos dos están siendo castigados por algo que la gente considera
de menor importancia y que no son difíciles de evitar”. Ellos dijeron “¿Qué,
Mensajero de Allah?”, y dijo: “Uno de ellos, porque jamás se limpiaba sus
partes luego de hacer sus necesidades, y el otro porque solía difundir
chismes maliciosos” (Consensuado por los sabios).

 Más bien, la
maledicencia y el chisme están prohibidos porque implican intentar causar
problemas entre la gente, crear división y caos, enardecer la enemistad de
la gente, despertar rencores, envidia e hipocresía, minar el amor y la
amistad causando heridas, disputas y resentimientos entre hermanos. Esto
implica mentir, engañar y traicionar, haciendo acusaciones contra gente
inocente y desprevenida, entregándose a la calumnia y el ultraje mencionando
los errores y defectos de los demás, porque todo esto es un signo de
cobardía, debilidad y bajeza; más aún, quienes se consienten cometiendo
tales pecados se atraen la ira de Dios y un castigo doloroso”.

 Fatáwa ash-Sháij Ibn
Baaz, 3/237-239.

 Se ha dicho que la
falsedad (al-‘adhu), significa hechicería, en el lenguaje de la tribu de
Qureish, y se ha dicho también que significa mentiras e invenciones.

 El Shéij ‘Abd el-‘Azíz
Ibn Yibrín (que Dios lo preserve) fue interrogado:

 “Mi esposo le cuenta a
su familia lo que yo dije, y luego me dice lo que ellos dijeron, y eso nos
trae muchos problemas. Le he pedido a menudo que no haga eso, pero no pone
atención. ¿Qué debo hacer?”

 Respondió:

 “Esto se llama en árabe
namimah (chisme), y significa transmitir lo que otras personas dicen para
causar problemas. Como advertencia, Allah dijo (traducción del significado):
“No obedezcas al vil que jura permanentemente, Al difamador que siembra la
discordia” (al-Qálam 68:10-11). Esta es una descripción de algunos de los
habitantes del Infierno. Allah dijo (traducción del significado): “Ay del
castigo que les aguarda a quienes se burlan del prójimo con sus palabras y
actitudes” (al-Húmazah 104:1). Esto se refiere al que difunde chismes. El
Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Ningún
chismoso entrará en el Paraíso”. Y de acuerdo a otro reporte: “Quien difunde
chismes puede causar más daño en una hora que un hechicero en un año”. El
Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) afirmó que “El
chismoso será castigado en su tumba”. Indudablemente, la prohibición es más
enfática y el pecado más grave si los chismes y rumores son entre un marido
y su esposa, o sus parientes. Debe temer a Dios y recordar que Él siempre
está observándolo, y mantenerse alejado de aquellas cosas que pueden
granjearle el castigo en este mundo y en el otro. Debe evitar la mentira, la
maledicencia, el chisme, la calumnia, y reavivar los problemas entre la
gente. Debe ser honesto, proteger el honor de los demás, temer a Dios y
recordar que Él siempre está observándolo, y que Él es severo en Su
castigo”. Fin de la cita.

 Al-Hulúl ash-Shar’iyah
lil Jilaafát wa al-Mushkilát az-Zawíyah wa al-Usaríyah, por el shéij ‘Abd
Allah Ibn Yibrín, dictámen legal No. 42.

 Entonces, tu marido debe
parar de pedirte que hagas estas cosas, y si persiste entonces no es
permisible para ti que respondas a sus exigencias. Porque ceder a relatarle
lo que los demás dicen, significa persistir en el pecado y prestarle
atención, pero rehusarse o abstenerse de hacerlo es ponerle fin.

 Si tienes miedo de que
esto pueda causar problemas entre tú y tu esposo, no es tu culpa, y si tu
esposo insiste en que le informes lo que tu familia dice, dile que ellos
hablan bien de él, y relátale sólo las palabras que traerán la concordia y
la amistad entre ellos, y que extinguirán las llamas de la discordia y la
intriga entre ellos.

 Le pedimos Dios que guíe
a tu esposo y te preserve junto a él en de una buena manera.

 Y Allah sabe más.

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