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379226/01/2010

La súplica “Dios nuestro, muéstranos el día en que pagarán lo que han hecho”, ¿se considera como una forma de maldecir el destino?

Pregunta: 143212

La súplica “Dios nuestro, muéstranos el día en que pagarán lo que han hecho”, ¿se considera como una forma de maldecir el destino?

Alabado sea Dios, y paz y bendiciones sobre el Mensajero de Dios y su familia.

En primer lugar, esta súplica no se ha narrado en ningún
reporte, y no pudimos encontrarla en ninguno de los libros de la Tradición
Profética. 

En segundo lugar, creemos que no hay nada de malo en usar
esta redacción en una súplica, y que no se considera como una forma de
maldecir o cuestionar el destino. Lo que se está haciendo es caracterizar el
día como estresante o difícil. Estas palabras se asemejan a las de Lot (la
paz sea con él): “…exclamó: ¡Éste es un día terrible!” (Hud, 11:77).
También son como las palabras de Dios, glorificado y exaltado sea,
(traducción del significado): 

“Enviamos sobre ellos, en un día fatal e interminable, un
viento frío y tempestuoso” (Al-Qámar, 54:19). 

“Y les enviamos un fuerte viento frío, en días terribles
para ellos, para hacerles sufrir el castigo humillante en la vida mundanal;
pero el castigo de la otra vida será más humillante aún, y no serán
socorridos” (Fússilat, 41:16). 

Y hay otros versos similares que hablan de días descriptos
como difíciles, estresantes o calamitosos, pero no tienen el objetivo de
maldecir o cuestionar el destino o la voluntad de Dios sobre ellos. Hay una
diferencia entre estas cosas. 

Más aún, describir un día como ‘malo’ o ‘calamitoso’, no
significa que sea malo para todo el mundo. Más bien, significa que sólo es
malo para aquel que lo describió, por lo que tuvo que atravesar ese día, por
decreto y voluntad de Dios. 

Ibn al-Qayím (que Allah tenga misericordia de él) dijo:

“No hay duda de que los días en que Dios envió Su castigo
contra Sus enemigos y los enemigos de Sus mensajeros fueron días calamitosos
para ellos porque tuvieron un mal destino, y sin embargo estos fueron buenos
días para los creyentes, para Sus amigos cercanos. Entonces estos fueron
malos tiempos para los incrédulos y buenos tiempos para los creyentes. Esto
es algo similar al Día de la Resurrección, que será calamitoso para los
incrédulos, pero un día de felicidad para los creyentes. Muyáhid dijo: “…
“Días de mal augurio” significa un mal destino, una mala fortuna”. 

Con respecto a la buena o mala fortuna, la buena fortuna
depende de las buenas obras que complacen a Dios, y la mala fortuna es una
consecuencia de las malas obras que atentan contra lo que los mensajeros de
Dios enseñaron. Un día puede ser un día de buena fortuna para algunas
personas y un día de mala fortuna para otras, como el día de la batalla de
Bádr, que fue un día de fortuna para los musulmanes y un día calamitoso para
los incrédulos”. Fin de la cita de Miftáh Dar as-Sa’ádah, 2/194. 

El Shéij Muhámmed ibn al-‘Uzaimín (que Allah tenga
misericordia de él) dijo:

“Lo que la gente comúnmente entiende por maldecir el destino
puede caer en una de tres categorías: 

1 – Cuando significa simplemente una afirmación sin expresar
descontento para con el Creador. Esto es permisible. Por ejemplo, alguien
puede decir “Hoy el calor es insoportable”, o decir algo similar sobre el
frío, o sobre una tormenta, etc. Las acciones son juzgadas por su intención,
y tales palabras son simplemente una exclamación, una forma de llamar la
atención sobre las singularidades del día, aquello que lo hace distinto de
otros días que hemos conocido. Otro ejemplo son las palabras de Lot (la paz
sea con él) en el Sagrado Corán (traducción del significado): 

“…exclamó: ¡Éste es un día terrible!”” (Hud, 11:77). 

2 – Quejarse o maldecir el tiempo o el destino, creyendo que
es una entidad independiente, o que depende de la voluntad de otro que no
sea Dios. Esto es paganismo, porque el tiempo o el destino han sido
determinados por Dios, y atribuirle su estado a otro que a Dios es un acto
de idolatría. Todo aquel que cree que el tiempo o el destino dependen de
cualquier otra cosa que no sea Dios, no está creyendo en Dios y Su mensaje,
y está cometiendo un acto de idolatría igual a aquel que adora falsos
ídolos, imágenes o estatuas. 

3 – Maldecir el tiempo y el destino sabiendo que Dios es la
causa de su estado, pero expresando de forma explícita o implícita una
desaprobación o denuncia contra Aquel que ha causado que el tiempo sea como
es. Esto es algo prohibido para el creyente, aun cuando no implica un acto
de idolatría, pero es una forma de osadía imprudente y de conducta
censurable en la religión, porque implica una actitud irrespetuosa hacia
Dios, glorificado y exaltado sea. Dios es Aquel que controla y decide el
tiempo y el destino, y todo lo que suceda de bueno o malo en ellos, de la
misma forma que tiene el control último de todos los asuntos del universo.
Por lo tanto, maldecir el tiempo o el destino de esta forma no constituye un
acto de incredulidad, y en muchos casos más leves no constituye tampoco un
insulto abierto contra Dios, pero sí a menudo implica una actitud soberbia,
irrespetuosa y descuidada hacia el Creador, como si nosotros pudiéramos
haber decidido el destino de ese tiempo con más sabiduría que Él”. Fin de la
cita de Maymu’ al-Fatáwa Shéij Muhámmed ibn al-‘Uzaimín, 10/823. 

Y Allah sabe más.

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