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Se convirtió al Islam, pero luego se desvió del camino recto y quiere arrepentirse

Pregunta: 82866

Yo me convertí al Islam hace unos 11 años atrás. Siempre había tenido curiosidad por el Islam a causa de Malcolm X. Solía ver siempre a las mujeres musulmanas y me encantaban, porque pensaba que eran tan dignas y tan bellas por su manera de vestir. Como sea, después de irme de la casa de mis padres a los 17 años, me mudé a una ciudad donde había muchísimos musulmanes. Estuve nuevamente expuesta al Islam, y me regalaron un Corán. Estaba feliz y siempre sentí en mi corazón que había algo especial en este estilo de vida, aunque ignoraba tanto acerca de sus enseñanzas. De cualquier forma, llegó en una etapa muy tierna en mi vida, cuando necesitaba guía y ayuda. No tenía a nadie a quién recurrir, ni a mi familia ni nada, aunque había tantas cosas negativas a mi alrededor, la prostitución, drogas, apuestas, asesinatos, asaltos, etc. Inclusive todas mis tías y tíos abusaban de las drogas, y sus hijos pronto comenzaron a hacerlo también. Gracias a Dios nunca me permití consumir ninguna de todas esas cosas malas que había a mi alrededor. Mi hermana y yo comenzamos a leer el Corán por la noche y me llegó directo al corazón, en una forma que nada más lo había hecho. Comenzábamos a llorar cuando leíamos pasajes acerca del Infierno, porque siempre creímos en el Infierno y no queríamos terminar allí. Sabíamos sin duda que este libro decía la verdad. Yo sentí que era muy similar a la Biblia en muchas formas, pero ese fue el siguiente paso. Dos semanas más tarde concurrimos a la mezquita y dimos nuestro testimonio de fe. Los años pasaron y las diferentes etapas por las que he pasado fueron increíbles. He estado casada tres veces, con hermanos musulmanes que básicamente me trataron muy mal y me abandonaron. Uno de ellos me pidió el divorcio cuando estaba embarazada. Luego me dijo que no me había amado, y comencé a sangrar profusamente hasta que perdí al bebé. Mis otros dos maridos tenían enfermedades mentales de las que yo estaba inconsciente antes de casarme. Ahora, todo esto que ha pasado, me ha dejado completamente abatida. Yo solía ser fuerte y reponerme con facilidad, y ahora me siento perdida, como flotando en una nube. ¿Cómo perdí a mi Señor, cuando estaba tan cerca de Él? ¿Cómo puedo acercarme nuevamente? ¿Por qué dejé a mi Dios cuando sabía que Él dijo que probaría a quienes más ama? Me siento débil y quebrada, siento que no tengo valor ni belleza y que ahora, luego de todo este tiempo, me he autodestruido y he hecho algunas de las cosas que dije que nunca haría. Me embriagué y fumé cigarrillos. Realmente no quiero vivir ni quiero morir, porque sé que no estoy bien. Todo el tiempo sólo quisiera haber sido protegida de todas esas tentaciones y discordia y estar junto a Dios. Ayúdeme.

Alabado sea Dios, y paz y bendiciones sobre el Mensajero de Dios y su familia.

Alabado sea Allah

 Quiera a Dios ayudarte,
aliviar tus angustias, guiar tus pasos y perdonar tus pecados.

 Tu alma todavía está
allí dentro de tu cuerpo, tu corazón todavía está latiendo y tu mente aún es
pensante, por lo tanto, podemos comenzar de vuelta desde allí.

 El Mensajero de Dios
(que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Dios acepta el
arrepentimiento de Sus servidores en tanto el alma no les haya llegado a la
garganta en el momento de la muerte”. Narrado por at-Tirmidhi (3537);
clasificado como bueno por al-Albani.

 Tú no eres demasiado
débil ni te has convertido en una pila de polvo, como aquellos que están en
las tumbas. Todavía tienes las fuerzas para comenzar nuevamente, y si Dios
quiere serás más fuerte de lo que piensas. La persona fuerte no es la que
nunca se cae, sino la que puede levantarse nuevamente.

 ¿Acaso no sucedió que no
seguiste la religión de tus antepasados, asociando a otros en la adoración a
Dios y descreyendo de Su Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean
con él), entonces Dios te dio la fuerza para dejar todo esto atrás, y
abrazaste una nueva religión que no habías seguido anteriormente? Eso fue
mil veces más duro que salir del estado en el que estás ahora.

 ¿Acaso no estuvieron las
copas de vino llenas alrededor tuyo y los caminos de la tentación abiertos
para ti, sin nadie que te cuidara, ni te hiciera sentir avergonzada de hacer
algo malo, ni te protegiera? Pero Dios te dio la fuerza y te protegió de la
inmoralidad y del alcohol. Por lo tanto, ¿cómo puedes entregarte en la
situación en la que estás?

 Tienes la fuerza para
recuperarte. No ayudes a tu enemigo contra ti. Si algún malhechor te
abofetea, no abofetees tú misma tu otra mejilla. “No es uno de nosotros
quien se abofetea las mejillas, rasga sus vestiduras y grita con las
lamentaciones de la Época de la Ignorancia preislámica”. Narrado por
al-Bujari, 1294.

 Hay una gran diferencia
entre quien cae en una zanja y se resigna a la caída, y lamenta su suerte,
maldice el destino y piensa mal de su Señor, y quien cae y sabe que merece
eso a causa de sus pecados y malas obras, porque lo ha escogido por sí
mismo. “Éste es el castigo que merecisteis por vuestras obras, y
ciertamente Allah no es injusto con Sus siervos” (al-Anfál 8:51).
Entonces se levanta después de tropezar, y busca la ayuda de su Señor para
que le libre del pecado en primer lugar, luego que le alivie de su angustia,
tal como aprende a decir cada día: “Sólo a Ti Te adoramos, sólo a Ti Te
pedimos ayuda” (al-Fátihah 1:5). Así es el creyente fuerte que Dios ama.
El Mensajero de Dios (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él)
dijo: “El creyente fuerte es mejor y más amado para Dios que el débil,
aunque ambos son buenos. Esfuércense en hacer lo que les beneficia y busquen
la ayuda de Dios, y no se sientan desesperados ni abandonados. Si algo les
sucede, no digan “Si sólo hubiera hecho tal y tal cosa, habría pasado tal
otra”. Más bien digan: “Dios ha decretado esto y Él hace lo que Él quiere”,
porque las palabras “Si sólo hubiera…” son una puerta abierta al trabajo de
Satanás”. Narrado por Muslim, 2664.

 El Shéij al-Islam Ibn
Taimíah (que Allah tenga misericordia de él) dijo: “No se le ha ordenado al
musulmán remitirse al concepto del decreto divino en los actos que se le han
encomendado, sino que debe remitirse a este concepto cuando le sucedan
calamidades que no pueda evitar. Lo que sea que le suceda como resultado de
los actos de otra gente o de otra forma, que lo soporte con paciencia y que
acepte su destino. Allah dijo (traducción del significado):

“Todas
las desgracias acontecen con la anuencia de Allah. Quien crea en Allah, Él
fortalecerá su corazón y podrá resignarse ante cualquier adversidad, pues
sabrá que es el decreto de Allah. Y ciertamente Allah tiene conocimiento de
todas las cosas” (at-Taghábun 64:11).

 Uno de los rectos
sucesores (Ibn Mas’ud o ‘Alqamah) dijo: “Ésta es la persona a la que le
sucede una calamidad y sabe que proviene de Dios, entonces acepta que haya
sucedido y se somete”. Maymu’ al-Fatáwa (7/278).

 Ibn al-Qaím (que Allah
tenga misericordia de él) dijo: “Este reporte confirma algunos de los más
importantes principios de la fe, entre los que están:


La felicidad del ser humano yace en esforzarse por buscar lo
que le beneficia en esta vida y en el Más Allá. Esforzarse significa dar lo
mejor de uno mismo. Como el esfuerzo y los actos de una persona sólo pueden
realizarse con la ayuda de Dios y por Su voluntad, Él nos ha encomendado
buscar Su ayuda para ello, cumpliendo con el significado del versículo:
“Sólo a Ti Te adoramos, sólo a Ti Te pedimos ayuda” (al-Fátihah 1:5).
Esforzarse por aquello que le beneficia es un acto de culto a Dios y sólo
puede lograrse con la ayuda de Dios. Por lo tanto él nos ordenó adorarle y
buscar Su ayuda.


Luego él dijo: “Y no se sientan desamparados”, porque
sentirse desamparados es lo opuesto a esforzarse por alcanzar el bien, y es
la actitud opuesta a buscar a ayuda de Dios. Por lo tanto, quien se esfuerza
en buscar el bien y busca la ayuda de Dios no se sentirá nunca desamparado.
Este principio se aplica antes de que lo decretado suceda, y guía al
musulmán a lo que es una de las más grandes causas para lograrlo, que es
esforzarse por ello mientras busca la ayuda del Único, en Cuyas manos está
el destino de todas las cosas, de Quien provenimos y a Quien retornaremos.
Cuando lo que no ha sido decretado para él, no le sucede, hay dos escenarios
posibles: el primero es sentirse desamparado, lo cual le abre las puertas al
trabajo de Satanás en nuestra mente, y este sentimiento de desamparo lo
conduce a las lamentaciones y a decir “si sólo hubiera hecho tal cosa…”.
Esto le abre camino a la vergüenza, la angustia, la pena, las lamentaciones
y la ira, las cuales provienen todas de Satanás, y el Profeta (que la paz y
las bendiciones de Allah sean con él) prohibió abrirle las puertas a Satanás
de esta manera. O en un segundo escenario, la persona puede meditar en el
decreto divino, porque si se ha decretado eso para él (para que obtenga lo
que busca) no lo habría perdido y nadie podría habérselo quitado. Por eso él
dice: “Si algo te sucede, no digas “Si sólo hubiera hecho tal y tal cosa,
tal otra habría pasado”. Más bien digan: “Dios ha decretado esto y Él hace
lo que Él quiere”. Entonces él nos enseñó que lo que nos beneficia en este
caso: si obtiene lo que quiere y si no lo obtiene. Por eso este reporte es
uno de aquellos que nadie debe desconocer”.

 Shifa’ al-‘Alíl (37-38).

 Una vez uno ha
comprendido esto, no hay espacio para desear algo diferente de lo que ha
sido decretado, porque eso es de hecho como sugerir que Dios debería haber
decretado algo más. No tiene sentido desear que Dios no te hubiera hecho
pasar por estas pruebas y que te dejaron alterada y confundida, luego de
haber sido guiada por Él.

 ¿Acaso no sabes que las
pruebas son una parte inevitable de la existencia en esta vida?

 “Por cierto que
creamos al hombre de una gota de esperma capaz de reproducirle, y lo pusimos
a prueba para distinguir al creyente del incrédulo. Y le agraciamos con el
oído y la vista” (a-Insán 76:2).

 La gente es como los
metales. Algunos son oro puro, otros son mezclas, y otros menos que eso. Las
pruebas son como el fuego que separará el oro de los demás metales.

 Allah dijo (traducción
del significado):

 “Alif. Lâm. Mîm.
¿Acaso piensan los hombres que se les dejará decir: ¡Creemos! sin ser
puestos a prueba? Por cierto que probamos a quienes les precedieron, y Allah
bien sabe quiénes son los sinceros y quiénes los mentirosos” (al-‘Ankabút
29:1-3).

 El Shéij Ibn Sa’di (que
Dios tenga misericordia de Él) dijo:

 “Dios nos dijo de Su
perfecta sabiduría, y que Su sabiduría no significa que cada persona que
dice creer será tomada como tal, libre de pruebas y tribulaciones, y sin
enfrentar desafíos que pueden confundir su fe. Si ese fuera el caso,
entonces no habría forma de distinguir quién es sincero y quién no.

 Pero Su método con las
naciones anteriores y esta comunidad es probarlos a través de la prosperidad
y la escasez, de la facilidad y de las dificultades, a través de los buenos
tiempos y de los malos, con la riqueza y la pobreza. Él prueba a los pueblos
haciendo que sus enemigos prevalezcan sobre ellos algunas veces, y los
prueba cuando se esfuerzan contra sus enemigos en sus palabras y en sus
actos, y con otra clase de pruebas, todas las cuales pueden dar origen a
argumentos capciosos sobre la fe, que son contrarios a la fe certera y que
menosprecian la determinación del creyente.

 Si la fe de una persona
permanece firme frente a las dudas, no mengua, las repele con las certezas y
las verdades que conoce, y si frente a los deseos que lo llaman al pecado o
a actuar contra lo que Dios y Su Mensajero han encomendado él responde con
lo que se requiere de su fe y se esfuerza contra sus deseos, esto indica que
su fe es sincera y válida.

 Pero si su corazón es
afectado por las dudas y los deseos y lo conducen a pecar o lo distraen de
sus deberes, esto indica que su fe no es completamente sincera. La gente es
de diversos grados con respecto a este asunto, que son conocidos sólo por
Dios. Le pedimos a Dios que nos reafirme en este mundo y el Más Allá, y que
reafirme nuestros corazones en Su religión, como las pruebas y tribulaciones
son como los bramidos separan el bien de los residuos”.

 Oh, servidora de Dios,
dices que no quieres vivir ni quieres morir.

Te decimos: nosotros
también quisiéramos que no llevaras esa vida de pecados, pero esperamos que
no mueras en este estado. Más bien, tenemos esperanza en que nuestro Señor,
el Señor del Universo, no quiere que vivas así ni quiere que mueras así
tampoco.

 Esta situación no es tan
confusa como piensas, y la solución no es abandonarse a un sentimiento de
pérdida, como estás haciendo ahora. Dios no quiera que te reúnas con Él en
ese estado, luego de morir, ni en ningún otro excepto el Islam.

 “¡Oh, creyentes!
Temed a Allah como es debido y no muráis sino sometidos a Él” (‘Aal ‘Imrán
3:102).

 Ni quiere Dios que vivas
en ningún otro estado excepto el Islam, el cual Él escogió para Sus
servidores:

 “Diles: Por cierto
que mi oración, mi oblación, mi vida y mi muerte pertenecen a Allah, Señor
del Universo, Quien no tiene copartícipes. Esto es lo que se me ha ordenado
creer, y soy el primero [de esta nación] en someterse a Allah” (al-An’ám
6:162-163).

 Entonces, ¿cuál es la
solución? ¿Por dónde debemos comenzar?

 La solución es volverse
a Él, y Él te amará cuando te vuelvas hacia Él:

 “Ciertamente Allah
ama a los que se arrepienten y purifican” (2:222).

 Él te garantizará el
alivio cuando vuelvas a Él, no importa cuán lejos te hayas extraviado.

 Se narró de Abu Hurairah
(que Allah esté complacido con él) que el Mensajero de Dios (que la paz y
las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Dios, glorificado y exaltado
sea, dijo: “Yo soy como Mi servidor piensa que soy, y estoy con él cuando Me
recuerda. Si me recuerda para sí mismo, Yo lo recuerdo para Mí mismo; si Me
recuerda en una reunión, Yo lo recuerdo en una reunión mejor que esa; si él
se acerca a Mí un palmo, Yo me acerco a él un codo; si él se acerca a Mí un
codo, Yo me acerco a él un brazo; si él viene a Mí caminando, Yo voy a él
corriendo”. Narrado por Muslim, 2675.

 Entonces, ¿qué decir
acerca de los pecados y el alcohol?

 Nuestro Señor, el Más
Compasivo, el Misericordioso, dijo (traducción del significado):

 “Diles: ¡Oh, siervos
Míos! Vosotros que os habéis excedido cometiendo pecados en detrimento
propio, no desesperéis de la misericordia de Allah; por cierto que Allah
puede perdonar todos los pecados, porque Él es Absolvedor, Misericordioso”
(az-Zúmar 39:53).

 Tú todavía tienes el
poder de dar una vuelta de página limpiar el registro de tus obras para
dejarlo blanco y puro. No queremos decir que será blanco sin buenas obras o
aún con malas obras registradas en él de tal manera que debas comenzar de
cero. Lo que queremos decir es que lo queremos blanco y sin pecados
registrados en él, y que por la misericordia del Más Misericordioso, de
entre aquellos que muestran misericordia, será llenada con buenas obras en
lugar de los que hiciste, y de cada pecado en el que caíste.

 ¿Acaso no has oído las
palabras de Dios que nos informan de las características de los servidores
del Misericordioso? Donde Él menciona algunos de sus bellos atributos que
son más amados por Él, entre los cuales están:

 “Aquellos que no
invocan a nada ni a nadie junto con Allah, no matan a nadie que Allah haya
prohibido matar salvo con justo derecho, y no cometen fornicación ni
adulterio. Y sabed que quienes cometan esto recibirán un terrible castigo.
El Día de la Resurrección se les atormentará incesantemente, y permanecerán
en el castigo despreciados, salvo quienes se arrepientan, crean, y obren
correctamente. A éstos, Allah les perdonará sus pecados y en su lugar les
registrará buenas obras; y Allah es Absolvedor, Misericordioso. Y a quien se
arrepienta y obre correctamente Allah aceptará su arrepentimiento”
(al-Furqán 25:68-71).

 ¿No has visto cómo Dios
no sólo perdona los pecados mayores, sino que por Su gracia los convierte en
buenas obras?

 Se narró de Abu Tawíl
Shatáb al-Mamdud que él fue con el Mensajero de Dios (que la paz y las
bendiciones de Allah sean con él) y le dijo:

 “¿Qué piensas si un
hombre ha cometido toda clase de pecados, y no le queda ninguno por cometer,
y no omite ningún pecado menor ni mayor sin hacerlo? ¿Puede arrepentirse?”.

 Él Profeta (que la paz y
las bendiciones de Allah sean con él) le preguntó: “¿Te has convertido al
Islam?”.

 Él respondió: “Sobre mí,
atestiguo que no hay divinidad excepto Dios, sin compañero ni asociado, y
que tú eres el Mensajero de Dios”.

 El Profeta (que la paz y
las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Realiza buenas obras y abstente
de las malas, y Dios las convertirá a todas en buenas obras para ti”.

 Él preguntó: “¿Aún mis
traiciones y actos inmorales?”.

 El Profeta (que la paz y
las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Sí”.

 Él dijo: “Dios es el más
grande”, y permaneció recitando y engrandeciendo a Dios hasta que se fue.

 Narrado por at-Tabaráni
en al-Kabír (7/314); clasificado como auténtico por al-Albani en Sahih
at-Targhíb.

 Por lo tanto, Oh,
servidora de Dios, cambia tu estado y realiza buenas obras, abandona las
malas obras, y todas ellas se convertirán en bendiciones registradas para
ti. Entonces sabrás que no puedes perder esa cercanía de Dios, porque
todavía tienes la oportunidad de estar con Él en el Paraíso.

 Ibn al-Qayím dijo: “Ven
a estar con Dios, y acércate a Él en una morada de paz, sin cansancio ni
fatiga, ni sufrir por los caminos más cercanos y más lejos. Estás en un
período entre dos tiempos, el cual es de hecho tu vida, tu tiempo actual,
entre el pasado y el futuro. Lo que ha sucedido puede ser corregido por el
arrepentimiento y la penitencia, rezando para pedir perdón, y eso es algo
que no te cansará ni te fatigará, y que no es difícil. Más bien es un acto
del corazón. Sobre el futuro, debes abstenerte de cometer pecados, y
abstenerte de pecar te dará muchísima paz espiritual. No se trata de una
acción física difícil de ejecutar, sino de tomar la decisión y de tener una
intención firme, lo que te traerá paz espiritual y física.

 Lo que importa es tu
vida, que es tu tiempo entre dos tiempos. Si lo desperdicias perderás la
felicidad y la salvación. Pero si cuidas tu presente, corriges tu pasado, y
planificas tu futuro, entonces estarás a salvo y tendrás paz mental,
felicidad y tranquilidad.

 Cuidar tu vida es más
difícil que corregir lo que ha sucedido y lo que sucederá después de eso,
porque cuidar de ella requiere que hagas aquello que es mejor y más
beneficioso para ti, lo que probablemente te traerá felicidad, y la gente
difiere enormemente acerca de cómo interpretar eso”.

 Al-Fawá’id (117).

 Por lo tanto, busca la
ayuda de Dios abundantemente para tratar con tu situación y da una vuelta de
página al pasado y a todo lo que contiene, y movilízate para disponer el
resto de tu vida rectamente. Esfuérzate en mantener la compañía de la gente
buena que te ayudará muchísimo en tu situación, y si puedes mudarte, más
cerca de gente justa y piadosa, entonces hazlo, porque será lo mejor para
ti. Sé cuidadosa y Dios te cuidará; sé sincera con Él, y Él te recompensará
con el bien por aquello que has perdido.

 Allah dijo (traducción
del significado):

“Dile
a los cautivos que estén en tu poder: Si Allah conoce algún bien en sus
corazones, Él podría darles algo mejor que lo que han tomado de ustedes y Él
les perdonará y Allah es el Perdonador, el Más Misericordioso” (al-Anfál
6:70).

 Dios quiera, estamos
seguros de que harás esto, y esperamos volver a tener buenas noticias de ti
y de un nuevo camino hacia la luz, así como nos entristecemos de oír de tu
tropiezo en el camino.

 Y Allah sabe más.

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