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Expiación por la maledicencia

Pregunta: 99554

Sobre la expiación por la murmuración y la maledicencia, decir “Señor perdóname, y a los creyentes y a las creyentes, a los musulmanes y las musulmanas”, ¿es suficiente para pedir perdón por aquél a quien se perjudicó con las murmuraciones, o se debe rezar por él mencionando su nombre?

Alabado sea Dios, y paz y bendiciones sobre el Mensajero de Dios y su familia.

Alabado sea Allah.

 La maledicencia es un
pecado mayor, e indudablemente todos los musulmanes saben esto, y saben que
el castigo que Dios infligirá a quien lo cometió. La seriedad de este pecado
es por dos motivos:

 1 – Es una vulneración
de los derechos del prójimo.

 2 – Es un pecado que la
gente comete fácilmente, excepto aquellos a quienes Dios ha bendecido. La
gente usualmente considera que algo fácil de cometer es insignificante, pero
esto es serio ante Dios.

 Sobre la expiación por
la maledicencia, es esencial señalar algunos puntos importantes:

 En primer lugar, en
diversos dictámenes legales en nuestro sitio web hemos señalado que la
expiación por la murmuración y la maledicencia incluye pedir perdón por
aquél a quien se pretendió perjudicar, hacer súplicas por él y elogiarlo en
su ausencia. Esperamos que el lector consulte estos artículos publicados y
lea la opinión de los eruditos. Vea las preguntas No. 6308, 23328, 52807 y
65649.

 En segundo lugar, esa
plegaria que citaste como expiación por la maledicencia no es suficiente. El
principio básico es que este pecado no puede ser borrado excepto por un
arrepentimiento sincero, que debe estar acompañado por abandonar el pecado,
lamentarlo, tomar la firme decisión de no volver a cometerlo, ser sincero
hacia Dios en nuestras intenciones al realizar todo esto, glorificado y
exaltado sea. Recién entonces existe la esperanza de que uno se arrepienta
verdaderamente y que Dios le perdone sus pecados y sus errores.

 Con respecto a los
derechos del prójimo y las transgresiones contra los demás, sólo pueden ser
expiados si la gente afectada perdona al pecador. La evidencia para esto
está en la Tradición del Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean
con él), quien dijo: “Quien haya sido injusto con su hermano vulnerando su
honor o alguno de sus derechos, que le pida perdón antes de que llegue un
tiempo en que no habrá dinero ni bienes para eso, y que si tiene bendiciones
y buenas obras a su favor le serán quitadas en proporción a la injusticia
que cometió, y si no tiene bendiciones o buenas obras a su favor, algunos de
los pecados del perjudicado le serán cargados a él”. Narrado por al-Bujari
(2449).

 La orden es buscar el
perdón por nuestros malos actos antes de que las marcas sean establecidas
entre la gente en el Día de la Resurrección, cuando serán establecidas con
bendiciones (buenas obras) y maldiciones (malas obras), y las verdaderas
perdidas serán soportadas por aquellos que causaron daños injustificados a
la propiedad, el honor y la sangre de sus semejantes.

 En tercer lugar, lo que
quien quiera librarse del pecado de la maledicencia debe hacer es esforzarse
duro buscando el perdón de aquél que maldijo, pedirle que le perdone,
disculparse con humildad y buenas palabras, y debe ser tan humilde como sea
capaz, aún si no se le ocurre mejor idea que comprarle un regalo costoso u
ofrecerle ayuda financiera. Los eruditos han afirmado que todo esto es
permisible cuando se trata de restaurar los derechos vulnerados del prójimo.

 Los eruditos entre las
primeras generaciones de musulmanes rectos pensaron que pedir perdón al
damnificado por la murmuración podía acarrear, en algunos casos, males
mayores, tales como rencores, ruptura de lazos familiares, y que se podían
despertar resentimientos en el corazón de la gente de una magnitud que sólo
Dios conoce, y por eso la mayoría de los eruditos permitieron que el pecador
arrepentido no pida perdón a su víctima cuando ésta no estaba informada de
lo que se dijo acerca de ella, con la esperanza de que fuera suficiente que
el pecador rece pidiendo perdón por su falta y pidiendo a Dios que perdone a
quien antes ofendió, y elogiarlo frente a los demás en su ausencia.

 Otros eruditos
sostuvieron el punto de vista de que nada podía expiar el pecado de
maledicencia con el perdón del ofendido. Pero el punto de vista correcto es
que si el arrepentido es sincero, no debe mencionarle el pecado al ofendido,
especialmente si teme que esto pueda causar aún más problemas, como es
usualmente el caso.

 Rezar pidiendo perdón a
Dios por aquél a quien se ha perjudicado es un caso excepcional y es un caso
de necesidad dictado por la shari’ah, donde evitar un daño mayor toma
precedencia sobre la obtención de beneficios.

 Por lo que hemos
detallado arriba puede entenderse que quien considera el pecado de la
maledicencia como insignificante creyendo que pedir perdón a Dios es
suficiente para expiar el pecado, está equivocado. Esta noción es incorrecta
por tres razones:

 1 – Se olvida que la
condición básica para el arrepentimiento es el remordimiento, abandonar el
pecado y arrepentirse sinceramente ante Dios. Estas condiciones no pueden
reunirse verdaderamente en el caso de la mayoría de la gente.

 2 – El principio básico
de la expiación de un pecado contra los derechos del prójimo es esforzarse
en buscar perdón. Si alguien piensa que informarle a la persona que se
estuvo hablando mal de ella conducirá a un mal mayor, entonces debe
limitarse a rezar por él en este caso, o de otra manera el principio básico
es que debe buscar el perdón de la víctima.

 3 – Esto te muestra que
si la persona que fue víctima de la maledicencia se ha enterado ya de lo que
han dicho acerca de él, entonces, en este caso, es esencial buscar el perdón
de él directamente, para que el daño que sufrió sea contrarrestado y su
resentimiento aliviado. Si la víctima no lo perdona, entonces no hay opción
después de eso sino rezar a Dios y suplicar por el perdón de los pecados del
ofendido.

 4 – Después de todo eso,
¿piensas que rezar diciendo “Oh Allah, perdona a los musulmanes y a las
musulmanas” es suficiente para expiar el pecado de la murmuración y la
maledicencia?

 Te decimos que cuando
esperamos que Dios acepte una súplica y una oración de alguien pidiendo
perdón por malos actos, es esencial ser sincero ante Dios en esta súplica,
buscar la forma de acercarse a Dios y repetir la súplica en distintos
lugares y momentos en que puede ser aceptada, rezar por todo lo bueno y
bendito que hay en este mundo y en el Más Allá. Indudablemente tal súplica
requiere que especifiquemos por quién estamos rezando, ya sea mencionándolo
por su nombre, describiéndolo o refiriéndose a él, diciendo algo como por
ejemplo: “Oh Dios, perdóname y perdona a quien he maldecido y con quien he
sido injusto; Oh, Señor mío, perdónanos…” y cualquier otra cosa pertinente
que desees decir en tu súplica.

 Rezar en términos
generales no parece suficiente para alcanzar lo que esperas de Dios. Así
como maldijiste a alguien refiriéndote a él, describiéndolo o nombrándolo, y
lo señalaste para perjudicarlo, así también debes rezar específicamente por
él y pedir perdón por él, para que esa buena obra tome el lugar de la mala
que habías realizado.

 Quinto, debe señalarse
que el propósito detrás de rezar pidiendo perdón y pronunciando una súplica
es anular las malas obras con otras buenas, y compensar por los errores
cometidos. Por eso esto no está limitado a las oraciones pidiendo perdón,
excluyendo toda otra buena obra. Más bien debes hacer toda buena obra y
dedicar su recompensa a aquél que antes perjudicaste, tal como dar en
caridad a su nombre, ofrecerle alguna ayuda, apoyarlo en tiempos de
dificultad, e intentar compensarlo por el mal que le causaste tanto como
puedas.

 El Shéij al-Islam Ibn
Taimíyah (que Allah tenga misericordia de él) dijo en Maymu’ al-Fatáwa
(18:187-189):

 “Sobre los derechos de
la víctima de una injusticia, no se pueden restaurar con sólo arrepentirse.
Esto es un derecho y no hay diferencia para el caso entre un asesino y
cualquier otro malhechor. Si una persona se arrepiente de un mal que ha
causado, los derechos de la víctima no serán restaurados con su
arrepentimiento, sino que es parte de su arrepentimiento compensarlo en una
magnitud similar en la que se lo perjudicó. Si no lo compensa en este mundo,
entonces inevitablemente lo compensará por la fuerza en el más allá. Así el
malhechor que se ha arrepentido debe hacer abundantes buenas obras, para que
cuando las víctimas de una injusticia reclamen sus derechos, él no quede
arruinado ante Dios. Y si Allah quiere compensar a la víctima, entonces
nadie puede evitar Su munificencia, tal como su Él quisiera perdonar pecados
menores que el politeísmo y la idolatría de quien Él quiera. Por eso en el
reporte acerca de al-qásas, en el cual Yábir ibn ‘Abd Allah cabalgó por un
mes hasta donde estaba ‘Abd Allah ibn Unais para oírlo de sus propios labios
(lo que fue narrado por el Imam Áhmad (3/495) y otros, y que al-Bujari citó
como evidencia en su Sahih), dice: “Cuando el Día de la Resurrección venga,
Dios reunirá a todas las criaturas en una sola llanura para que todos puedan
oír la anunciación y para el vigilante pueda verlos a todos ellos, entonces
Él los llamará con una voz que será oída desde lo más lejano hasta lo más
cercano: “Yo soy el Soberano, Yo soy el juez. Ninguno de los habitantes del
Infierno debe entrar en él si se les debe algún derecho de la gente del
Paraíso, hasta que sean establecidas las marcas, y ninguno de los habitantes
del Paraíso debe entrar en él si debe algún derecho a las gentes del
Infierno, hasta que las marcas sean establecidas”.

 Y en el Sahih Muslim se
narró de Abu Sa’íd: “Cuando la gente del Paraíso cruce el camino (as-sirát)
y se pare sobre el puente entre el Paraíso y el Infierno, ellos establecerán
sus marcas los unos a los otros, y cuando sean purgados y purificados, se
les dará permiso de entrar en el Paraíso”.

 Cuando Dios, glorificado
y exaltado sea, dijo (traducción del significado): “Ni hablar a espaldas de
otro”, como la maledicencia es una trasgresión contra los derechos del
prójimo, Él entonces dijo: “Evitad sospechar
demasiado de la actitud de los demás, pues ciertamente algunas sospechas son
un pecado; y no os espiéis, ni habléis mal del ausente, pues ello es tan
repulsivo como comer la carne de un hermano muerto ¿Acaso alguno de vosotros
desearía hacerlo? Por supuesto que os repugnaría. Y temed a Allah;
ciertamente Allah es Indulgente, Misericordioso” (al-Huyurát 49:12).

 Por lo tanto Él les dijo
que se arrepintieran de la maledicencia, porque es una forma de injusticia.

 Esto se aplica si la
víctima se entera y descubre lo que se ha dicho de ella. Pero si el
calumniado no sabe lo que se ha dicho de él, se ha dicho que una de las
condiciones del arrepentimiento es informarle de la injusticia que se ha
cometido contra él, y también se ha dicho que esto no es esencial, lo cual
es el punto de vista de la mayoría, por los motivos citados. Ambos puntos de
vista fueron narrados por el Imam Áhmad. Pero todavía debe realizar
abundantes obras buenas por su víctima, tal como suplicar por su salud y el
perdón de sus pecados, realizar obras de caridad en su nombre de tal forma
que el calumniado sea el beneficiario de la recompensa espiritual, como
forma de reparar el daño que se le causó al calumniarlo. Al-Hásan al-Basrí
dijo: “La expiación por la calumnia y la maledicencia es rezar pidiendo
perdón a Dios por el calumniado”. Fin de la cita.

 Y Allah sabe más.

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