Alabado sea Dios, y paz y bendiciones sobre el Mensajero de Dios y su familia.
En primer lugar, esta relación que se desarrolló entre este joven bengalí y esta muchacha afgana, que usualmente comienza con miradas y un contacto que parece casual en ambientes comunes a hombres y mujeres, es una relación prohibida que sólo puede traer malas consecuencias, y conducir a la corrupción y la tentación. Dios dijo (traducción del significado):
“Apartaos de todo lo que os lleve a la fornicación, pues esto es una inmoralidad y conduce al mal” (Al-Isrá', 17:32).
El shéij As-Sa’di (que Allah tenga misericordia de él) dijo:
“La prohibición de acercarse de esta forma es más profunda que simplemente prohibir el acto, porque lo que se intenta prohibir es todas las acciones que clara y exclusivamente conducen a las relaciones ilegales, o a estimularlas o promocionarlas. El que juega con fuego siempre termina quemado, especialmente en este asunto, en el que mucha gente se toma a la ligera lo que sus fuertes deseos le llevarán posteriormente a hacer”. Fin de la cita de la Exégesis de As-Sa’di, p. 457.
Que un muchacho y una muchacha que no son familiares se pongan en contacto de esta forma, es obvio que conducirá a que se encuentren, conversen en secreto, desarrollen fuertes emociones, se enamoren y mantengan relaciones, y hacerlo de esta forma es una de las grandes causas de discordia y corrupción entre la gente. Cualquiera que haya observado los resultados comprenderá de lo que hablamos.
El problema aquí no es ninguna clase de magia negra ni tampoco lo que haya hecho la hermana del muchacho. El problema aquí es que esta relación comenzó mal desde el principio. El primer paso para corregir las cosas y el deber esencial y obligatorio para todo musulmán es cortar esta relación ilícita y arrepentirse ante Dios de ella. Ambos jóvenes deben arrepentirse de la forma en que llevaron esta relación, tanto el muchacho como la muchacha, y luego deben dar vuelta la página y volver a Dios. Esto no puede lograrse si no interrumpen el contacto con el otro, porque esta relación prohibida estaba basada en el engaño y la imprudencia desde un principio.
En segundo lugar, no hay espacio ni necesidad alguna aquí de rezar la oración para tomar una decisión (salat al-istijárah), porque esta oración sólo está prescripta para ayudar a los musulmanes a decidir entre cosas permisibles, acerca de las cuales el musulmán puede estar confundido y no saber qué es lo mejor para él. No hay oración para tomar una decisión con respecto a las cosas obligatorias, porque por algo son obligatorias, y de la misma manera tampoco hay oración para tomar una decisión con respecto a las cosas prohibidas, porque por algo están prohibidas.
Una vez que haya comprendido que no hay lugar para rezar esta oración en su caso de acuerdo al Islam, y que lo que deben hacer ambas partes es que le pongan fin a esta relación insana entre ellos, cualquier persona perspicaz se dará cuenta que albergar vanas esperanzas confiando en una persona que ha abandonado a quien decía amar mediante una relación ilícita es un error, y no puede pensarse que eso es lo mejor para alguien tanto en términos mundanos como religiosos. Si este joven se fue negándose a casarse con esta muchacha, aún cuando vivió cercanamente a ella en la misma ciudad, ¿cómo puede ella esperar y considerar beneficioso volver con él, cuando la ha tratado de esta forma?
Ahora, si ambos se han arrepentido e interrumpido indefinidamente esta relación ilegal entre ellos, y luego de cumplir con las condiciones del arrepentimiento desean casarse, no hay nada que lo impida, pero esto no es algo que la muchacha deba esperar como algo seguro sin haber tenido ningún signo claro de que él haya cambiado de actitud, aun cuando ella lo haya hecho y haya enmendado su error. Más bien, lo que le recomendamos a esta muchacha es que pase de una vez esta página oscura de su vida y comience una nueva vida con honestidad, con la esperanza de que Dios acepte su arrepentimiento y la ayude, ocultando sus errores del pasado y concediéndole por esposo a un hombre mejor que él.
Y Allah sabe más.